En estos tiempos en los que el movimiento 15M sigue preguntándose que puede llegar a ser, donde hay movilizaciones aquí, acampadas allí, casi nos hemos acostumbrado a escuchar, “me he quedado sin curro…” ó “¿Tienes paro? de momento si, pero se me acaba en dos meses…”.
Sucede como con las sobredosis de catástrofes y penurias que nos transmiten los telediarios. De tanto escuchar y ver desgracias, el corazón se nos endurece y asumimos como normales situaciones que son realmente trágicas.
Pensamientos del tipo, “yo puedo ser el siguiente” ó “que me pasaría a mi, si…” nos cruzan más de una vez por la cabeza. Nos entran angustias y miedos que nos congelan cualquier idea emprendedora al imaginar que si bien podemos subir, también podemos caer más bajo.
El ambiente tan pesimista, la falta de ayudas, las dificultades para financiarse. Todo inconvenientes.
Por eso nos resulta extraño que alguien intente hacer lo contrario, apueste por su idea, se ilusione, decida correr el riesgo, le eche lo que hay que echarle y logre abrir su propio negocio.
Ayer unos amigos inauguraron el suyo.
Olé sus … y toda la suerte del mundo.
Dale un besazo de mi parte a Egus y dile que desde aqui le mandamos fuerza y cariño.